“El pasado es un país extraño: allí las cosas se hacen de otra manera”

L. P. Hartley

"La historia no es todo el pasado, pero tampoco es todo lo que queda del pasado. O, si se quiere, junto a una historia escrita, se encuentra una historia viva que se perpetúa o se renueva a través del tiempo y donde es posible encontrar un gran número de esas corrientes antiguas que sólo aparentemente habían desaparecido. Si no fuera así, ¿tendríamos derecho a hablar de memoria colectiva?, ¿y qué servicio podrían hacernos unos marcos que sólo subsistirían en estado de nociones históricas, impersonales y descarnadas?"

M. Halbwachs                       

Ataque a la estatua de Cristóbal Colón, Providence, Rhode Island (EE:UU), 12 de octubre de 2019

 

Parece ser un hecho que la emergencia de varias e, incluso, contradictorias memorias colectivas ha puesto en cuestión la existencia de la historia monolítica como depósito de una verdad incontrovertible.

Es el pensador Maurice Halbwachs quien de manera más acuciante ha llamado la atención sobre la diversificación de verdades en que el pasado se fractura, y la diferencia nítida que ocupa lo histórico en tanto temporalidad larga, neutral y externa, frente al recuerdo que reconstruye desde dentro el tiempo anterior de una comunidad a corto plazo.

Las condiciones de la verdad también varían: esta ya no es un producto histórico sino un constructo narrado, variable, el resto a medias recuperado de un relato frágil y vulnerable, sometido al tembladeral de una temporalidad también cuestionable.

Durante la gestación de estos relatos, historia y memoria confrontan sus tensiones, jugando un papel esencial en tal enfrentamiento los materiales del archivo, hipostasiados en monumentos de la oficialidad o restituidos a la condición documental de lo que debe ser investigado.

El archivo regula ambos movimientos. Constituido mediante el saqueo y la rapiña, controla con su tendencia al secreto y su manejo censor los relatos posibles, administrando su accesibilidad en el ejercicio de monumentalizarlos.

Su contracara la constituyen los bordes o periferias del archivo que le confieren también un complejo espesor, así como los procesos de archivabilidad (al decir de Achille Mbembé) e incluso aquello que queda excluido de él como status: las tensiones entre voz, texto y documento.

Juicio, condena y derribo de la estatua de Colón, Caracas (Venezuela), 12 de octubre de 2004

Estatua de Sebastián de Belalcázar derribada en Cali (Colombia) en 2021.

La relación entre los términos "documenta/ monumenta" proviene de la historia del arte pero se articula para la reflexión historiográfica de la mano de Jacques Le Goff y luego se conceptúa como paso epistémico a partir de la propuesta de Michel Foucault.  

De modo muy sucinto, sirve para detectar cómo un testimonio del origen o un vestigio de la memoria, documento por tanto de un pasado que puedo cuestionar, se puebla de connotaciones oficiales, se transforma en manifestación intocable e intratable -es decir, en monumento- en el que se inscribe una ideología que exige de mí ya no interpretación o lectura sino reverencia, cuando no repulsa o derribo.

Estatua de fray Junípero Serra, atacada en Mallorca, 2020

Del juicio y defenestración de la estatua de Colón en Venezuela al ejercicio de "cholificación" de la imagen de Isabel la Católica en Bolivia, pasando por el encarnizado ataque a la figura de Sebastián de Belalcázar a manos de indígenas Misak en diversas localizaciones colombianas, más de un centenar de acciones reivindicativas sobre monumentos de conquistadores, descubridores, colonizadores y esclavistas en todo el territorio de la América del XXI permiten pensar en algo más complejo, dialéctico e identitario, que una simple genealogía del vandalismo, a lo que apuntaría la condición global y descabezada del mismo.

El derribo de monumentos parece una acción indiscriminada, que ha comprometido esculturas públicas de todo tiempo y en todo lugar. Sin importar la lógica del acto se derriban también próceres de la patria  en espacios que no implican reivindicaciones indígenas como el de Colón en Londres o el de Junípero Serra en Mallorca

Estatua de la reina Isabel la Católica intervenida en La Paz (Bolivia), 2020.

Lo cierto, sin embargo, es que estos gestos disolventes nos colocan sobre la pista de una disensión entre las cristalizaciones de la historia colectiva y la vulnerabilidad de las memorias comunitarias, entre la frialdad sin fisuras del monumento estatuario y la presunta disponibilidad del documento desclasificado.

Interesa a este seminario trabajar con esas divergencias, con las dinámicas monumentalizadoras de los dispositivos del poder, pero también con la posibilidad o no de reflexionar sobre las mismas, en cuanto acartonados restos de un tiempo irresuelto.

Buscamos así volver a pensar el archivo como una dinámica jerarquizadora, y asediarlo desde diversas miradas (la historia, la antropología, las artes plásticas, los estudios literarios) que han tenido vínculos disímiles con los procesos de documentalización y monumentalización.

Durante el seminario nos preguntaremos cómo resignificar los vestigios del pasado, hasta dónde es factible estudiar el documento colonial sin caer en su sacralización y hasta qué punto las dificultades que tropezamos en este trabajo de derribo teórico de lo instituido son privativas y caracterizadoras de los territorios surgidos de la imposición imperial.

¿Podemos -parafraseando el título de una de las intervenciones programadas- darle la vuelta a los documentos/monumentos, observarlos por su envés?

Plaza de la chola globalizada, intervención sobre la escultura de Isabel la Católica, La Paz (Bolivia), 2020